En esta primera entrada del blog queremos transmitir un
mensaje optimista. Pese a las elevadísimas cifras de menores afectados por este
problema (400 millones en todo el mundo según algunas fuentes) y aunque las
previsiones no parecen excesivamente positivas, queremos comenzar transmitiendo
un mensaje esperanzador. Es mucho lo que se está haciendo para combatir este
problema y se están cosechando éxitos. Por supuesto que los esfuerzos por
terminar con esta injusticia deberían de incrementarse para ir reduciendo esa abominable
cifra, pero creemos importante también el valorar lo que se va consiguiendo.
Este mensaje optimista no esta basado únicamente en la utopía de creer
que llegaremos a ver un mundo donde no haya menores esclavizados, sino que hay
hechos reales que representan los frutos de la lucha contra la esclavitud
infantil. En este post queremos presentar dos de entre los muchos que pasan
desapercibidos para los principales medios de comunicación:
Con motivo de la visita a Guatemala de la Relatora Especial
de Naciones Unidas sobre la
Venta de Niños, la Prostitución Infantil
y la Utilización
de Niños en la Pornografía
(Sra. Najat M'jid Maalla), la institución del Procurador de los Derechos
Humanos de este país preparó un informe especial en agosto de 2012 (fuente). Según indica este informe, algunos de los problemas que afectan a la
infancia y adolescencia de este país continúan sin resolverse, pero la venta de
niños y las adopciones irregulares ha disminuido drásticamente. Después de
muchos años de estancamiento, se logró en 2003 la aprobación de la Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia, que
fortaleció el marco legal para la promoción y protección de los derechos de las
nuevas generaciones de guatemaltecas y guatemaltecos. Aunque todavía queda
mucho por hacer en este país, según indica el informe es notorio un aumento del
nivel de conciencia de la sociedad y de las instituciones del Estado sobre la
importancia de defender, promover y hacer efectivos los derechos de la niñez y
la adolescencia, de lo cual es reflejo la aprobación y ratificación de varios
instrumentos internacionales atinentes, así como legislación nacional que
apunta hacia ese propósito.
Más recientemente hemos conocido que cerca de 400 menores, algunos de
tan solo seis años, a los que se obligaba a trabajar en minas de oro y
plantaciones de algodón ilegales, han sido rescatados tras una operación
policial coordinada por INTERPOL en Burkina Faso (fuente).
En esta acción desarrollada entre los días 29 y 30 de octubre se liberaron
estos menores y además se detuvo a 73 personas por trata de menores e
infracciones de la normativa laboral. Como indica Henri Guida Blemin,
funcionario especializado de la sección de Trata de Personas de INTERPOL, “el
éxito de la operación no se basa únicamente en el número de víctimas
rescatadas, sino también en que haya habido las infraestructuras y los
conocimientos necesarios para poder proseguir esta importante labor: de ahí que
la formación sea tan importante como el trabajo sobre el terreno. Si los
funcionarios no poseen los conocimientos precisos, no pueden desempeñar su
labor y, por lo tanto, no se puede mantener los logros alcanzados”. TUY es la
quinta operación de INTERPOL dirigida contra la explotación laboral de niños en
África. También se cosecharon éxitos en las operaciones BIA (2009), CASCADES y BANA (2010) y BIA II (2011), que
habían conducido al rescate de más de 400 niños en distintos puntos de África
Central y Occidental, así como a la detención de 93 personas.
Es motivo de alegría el comprobar que pese al desconocimiento
generalizado, estos progresos se van produciendo en diferentes ámbitos y a
diferente escala. Puede alimentar también nuestra esperanza el ver que sigue
habiendo personas e instituciones comprometidas con reducir la explotación que
todavía hoy sufren millones y millones de niñas y niños en nuestro mundo.
Además, como apuntaba un reportaje sobre esta temática de un conocido
programa de la televisión pública española: precisamente por eso, porque ni
siquiera los niños explotados han perdido la esperanza, debemos preguntarnos
qué podemos (y qué debemos) hacer para terminar con este gran problema de
nuestro tiempo.
Ubicaciones mencionadas en el artículo:
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