martes, 9 de diciembre de 2014

COVADONGA OREJAS: COMBATIENDO LA ESCLAVITUD INFANTIL EN GABON Y TOGO


Quienes seguís habitualmente este blog, habréis comprobado que uno de nuestros objetivos fundamentales es utilizar este instrumento para dar a conocer iniciativas y proyectos concretos de lucha contra la esclavitud infantil en distintos lugares del mundo.

Respondiendo a este objetivo, y con la colaboración de Manos Unidas, hemos tenido la oportunidad de acercarnos al proyecto Arc-en-ciel que coordinadora la misionera española Covadonga Orejas,  en Libreville, la capital de Gabón. Covadonga es religiosa vedruna y miembro de la Comisión de Justicia y Paz de Togo y Gabón. Ella ha tenido la generosidad de atendernos, en la entrevista que a continuación resumimos, estrenando de esta manera el género de la entrevista en nuestro blog.

Sus respuestas nos permiten conocer la realidad concreta de la infancia explotada tanto en Gabón como en Togo, la labor que las misioneras realizan para rescatar a las víctimas y acompañarlas para la recuperación de su dignidad y, sobre todo, de su visión sobre las actuaciones que, tanto en los países cuyos niñ@s sufren la explotación o la trata, como en los países occidentales contribuirían eficazmente a la erradicación de esta desgraciada realidad.

Imagen cedida por Covadonga Orejas - Manos Unidas

Como podréis comprobar a través de la lectura de la entrevista, la labor de Covadonga y de sus hermanas de comunidad se inició con el trabajo de calle, extendiéndose después al trabajo con las familias, a la formación profesional de los menores y, finalmente, a su inserción laboral.

A este trabajo se añade en el esfuerzo orientado hacia los patrones explotadores de los niñ@s, a través de campañas de sensibilización, alfabetización, concesión de microcréditos y otros medios que les permitan ganarse su confianza y hacerles comprender que lo más positivo, tanto para el menor como para ellos mismos, es que la situación de explotación desaparezca. Esta labor permite irse ganando su confianza progresivamente, de modo que permitan a los menores participar en actividades lúdicas y formativas.

Además, las misioneras han introducido y desarrollado un programa de sensibilización en las escuelas del país, de modo que los niños crezcan sabiendo que la explotación, tanto laboral como sexual, no es admisible y que debe ser denunciada.
Imagen cedida por Covadonga Orejas - Manos Unidas

En cuanto a los estímulos que alientan y empujan su labor, Covadonga destaca tanto la convicción de que, precisamente, su misión es servir a los más pequeños, como la comprobación de que ellos mismos quieren vivir mejor y luchan por ello, destacando el dato de que, cuando les preguntan lo que quieren ser de mayores, algunos dicen que jueces para evitar que otros niños sufran, o hermanas para servir a los demás. A este respecto, Covadonga subraya el hecho de que, pese a que Gabón cuenta con una legislación que prohíbe el tráfico de menores desde hace más de 10 años, sin embargo, hasta la fecha, no se ha dictado condena alguna el aplicación de la misma. En Togo, por el contrario, aunque la legislación sí se aplica, sin embargo, la explotación y la lacra persisten como consecuencia de la miseria en la que vive la población y la falta de educación.

De hecho, Covadonga identifica como uno de los factores fundamentales que impiden la erradicación de esta lacra la circunstancia de que la inversión en educación y en la promoción y desarrollo de las zonas rurales no es una prioridad, ni para los gobiernos locales ni para la comunidad internacional.

Imagen cedida por Covadonga Orejas - Manos Unidas
Por ello, es importante que se siga intensificando en la tarea de promoción de los derechos humanos, de exigencia a los gobiernos para la aplicación de las Convenciones Internacionales de protección de la infancia y el apoyo a las organizaciones comprometidas con la denuncia de la esclavitud y la explotación de los niños y niñas. Junto a ello es imprescindible para Covadonga la educación de las nuevas generaciones en la importancia y valor esencial de los derechos humanos.

Sentirse hermano o hermana de estos menores supone asumir la responsabilidad de no olvidarles y buscar caminos para llegar hasta ellos. Una pequeña acción puede cambiar sus vidas. 


Puede descargarse la entrevista completa, a través del siguiente enlace y obtener más información sobre el proyecto a través del siguiente documento de Manos Unidas y su perfil en Facebook.

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